ENTREVISTA: “Después del final” La película “legado” de Luz Fernández de Castillo

7 Oct, 2024

David del Río. Biarritz (Francia)

Carlos Saura le dijo una vez a la pintora, escritora, editora y galerista argentina Luz Fernández de Castillo, una personalidad cultural de la ciudad de Buenos Aires, que era “la Silvana Mangano argentina”.

Ella sonrió y lo tomó por loco, pero, tiempo después, y aproximándose a los 90, se ha puesto delante de las cámaras como la mítica actriz de “Riso amaro” para contar sus memorias y dejar un legado más allá de su larga descendencia familiar, antes de que “el duende lorquiano”, como dice, inevitablemente, gane la partida.

Sus memorias, adaptadas, llevan en la gran pantalla el título “Después del final”, un nombre acorde con la vitalidad con ansias de inmortalidad de su protagonista, dirigido y filmado en celuloide Kodak de 16mm por el realizador argentino Pablo César, que se estrenó a finales de septiembre en el marco de la 33 edición del Festival Biarritz-Amerique Latine de cine latinoamericano del puerto vascofrancés.

Entre versos de Lorca y recuerdos de Borges, la película cuenta en 97 minutos los avatares de una larga e intensa vida, la de Luz (Gloria en el filme) marcada por desgracias como la temprana muerte de su madre, el abandono de su marido, el acoso y los abusos sexuales, pero también por una exitosa carrera “sanadora” en el mundo del arte, de la actual directora del espacio ArtexArte de la Argentina, que pone a la cultura en la cumbre de los valores de un país.

Una película dedicada a su padre, un librero andaluz, de Granada, emigrado a la Argentina, Aurelio Daniel Fernández Romero, “un ser excepcional e irrepetible, que me enseñó a leer a los cuatro años, que me descubrió, frase por frase, los mejores cien poemas en lengua castellana y que me regaló lo más importante que un ser humano puede regalar a otro, que es el mundo de los libros” recuerda Luz en entrevista con Ibercine y Reencuadre en la jornada de clausura del certamen fílmico francés, que le rindió homenaje.

“Todo lo que está ahí me pasó, con todo lo bueno y lo malo que eso significa. La autenticidad y la sinceridad de la película viene de algo muy simple, de que no es ficción. Esto es realidad” resaltó Luz Fernández sobre el filme, que alterna pasado y presente, con ella como protagonista de sí misma, pero también con el elenco actoral integrado por Eleonora Wexler, Natalia Cociuffo, Héctor Bidonde y Lisandro Carret, entre otros.

Animada por su director y por los comentarios de Saura, Luz Fernández decidió interpretar su propio papel, el papel de su vida y sobre su vida, a los 88 años de edad.

“La verdad que nunca creí que yo iba a hacer esto. Ni en sueños. A los 88 años, me llama el director porque me dijo que me había escuchado leyendo unos versos de Lorca y me lo propone. Le dije que visitara un neurólogo” cuenta Fernández.

Para aceptar también tuvo que ver el recuerdo de las palabras de su amigo, el fallecido maestro del cine español Carlos Saura.

“Saura me había dicho que  la gente normal cuando cuenta algo lo relata. Tú no, tú lo actúas, decía de mí. Cuando estás contando lo que pasó haces cada uno de los personajes me dijo. Tú eres una actriz nata, y además tú tienes voz de sombra, tienes voz de duende lorquiano. Yo pensaba que la tenía de pucho (cigarrillo)” recuerda Fernández.

“Al final, acepté. Me fue muy fácil. Me divertí, me peleé también. Lo pasé bien y dije, bueno, ¿qué puedo perder si la película sale bien? Enhorabuena si la película sale bien, si sale mal nadie la verá y a mí me queda como recuerdo y se la dejo a los hijos y a los nietos para que se diviertan” prosiguió Luz Fernández, quien no descarta del todo volver a probar con el mundo de la interpretación tras esta experiencia.

“Yo creo que fue muy fácil porque yo hacía de mí. Habría que ver qué pasa si tengo que hacer de María Antonieta o de Eva Perón pero uno nunca sabe. Yo hacía de mí. Ponía la cara que era la mía. Aunque, según me dijeron el director y los actores, el trabajo actoral más difícil es el de hacer de uno mismo” agregó.

EL ARTE Y EL CINE, EXORCISMOS DE LA MUERTE

Pintora y escritora, además de animadora cultural y promotora del mundo de la fotografía de vanguardia y de la literatura en Argentina, entre otros campos, Luz Fernández tomó la decisión de hacer la película y de encarnar a su propio personaje, como una manera de conjurar, de ir contra la muerte, una atribución, la de exorcizarla, intrínseca al arte según ella.

“Yo creo que el arte, en todas sus manifestaciones, en todas sus ramas, es un exorcizar la muerte. Y esta película lo intenta exaltando mi vida. Es un disparo al infinito” explicó en la entrevista celebrada en el Casino Municipal de Biarritz.

Y Fernández buscó trascender con la película, basada en un texto suyo, intentando dejar un “legado” más allá del de su numerosa familia.

Yo quisiera un legado de otro nivel. Alguien que no pasó por el mundo porque sí, alguien que, aunque sea un granito de arena más en el en el desierto, una gota de agua más en el mar, ha dejado al mundo” explicó sobre sus intenciones con “Después del final”, que resumió con versos del escritor romántico español Bécquer.

“Si hay algo que no podría jamás permitirme sentir es aquel final de un verso de Gustavo Adolfo Bécquer que dice: ¿Quién en fin, al otro día, cuando el sol vuelva a brillar, de que pasé por el mundo, quién se acordará? Eso no lo quiero, quiero que se recuerde que pasé por el mundo” subrayó Luz Fernández.

DE FRANCIA A LA INDIA

La película se estrenó en Francia, fuera de competencia, en el festival de cine latinoamericano de Biarritz, que apoyó Luz Fernández y que este año tuvo como país invitado de honor a Argentina, sobre cuyo cine Fernández publicó dos volúmenes dirigidos por Fernando Martín Peña.

Y de Francia la película viajará a la India.

La trayectoria cinematográfica de su director, Pablo César, tiene que ver con el salto intercontinental ya que César es conocido por haber realizado múltiples coproducciones con países africanos y con la India.

Allí se verá este mes de octubre, en el marco de los festivales de Calcuta y de Nueva Delhi y en el Instituto Cervantes de la capital india.

“No me cabe duda de que los hindúes son los que tienen el mayor número de películas en el mundo. Con que la vea el 0.001% de ellos, es más o menos todo el continente europeo con lo cual ya estamos contentos” concluyó entre risas Luz Fernández.

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