Adela Mac Swiney González. Valladolid (España)
26 de octubre (Ibercine).- Con una coproducción con Bulgaria, España compite por la Espiga de Oro del Festival internacional de cine de Valladolid, la Seminci, con “Vasil”, ópera prima de la directora valenciana Avelina Prat, un filme que reflexiona sobre la vicisitudes que enfrentan los migrantes en un país ajeno y la dificultad, en general, de conectar con los demás.
La coproducción hispano-búlgara tiene como protagonista a Vasil, un joven inteligente, carismático y un número uno jugando al bridge y al ajedrez, pero que duerme en la calle desde que llegó de Bulgaria a España. Alfredo, un arquitecto jubilado, lo acoge en su casa durante un tiempo ante la mirada atónita de su hija Luisa.
Los dos hombres no tienen nada en común, excepto su pasión por el ajedrez y a pesar de sus diferencias, poco a poco Vasil conseguirá romper las barreras construidas por Alfredo, ya que el búlgaro tiene un don: transformar para siempre a aquellas personas con las que se relaciona.
El guion de la obra está inspirado en una historia real que le sucedió al padre de la directora hace unos años, cuando acogió a un inmigrante búlgaro que estaba durmiendo en la calle.
“Una amiga suya le pidió acoger a un búlgaro en su casa, un par de días, porque estaba durmiendo en la calle y había aparecido por el club de bridge, una historia un poco extraña y aquello se alargó, mi padre me iba contando y cada vez que lo veía me decía: no te preocupes, este hombre ya se va, pero no fue cosa de pocos días y mi papá me iba contando sus aventuras”, expuso.
“Aquello se quedó en mi cabeza y cuando todo pasó y este hombre se había marchado pensé que me había perdido una oportunidad, que lo había vivido como espectadora, todo como una historia de ficción y pensé tengo que hacer algo con esto, y escribí la película como para completar un poco esta historia”, agregó.
Para la directora, el filme es un “híbrido entre la fábula y el realismo, los personajes son reales, muy humanos, buscaba describir algo que no fueran estereotipos, sino gente con la que te pudieras identificar, pero con ese pequeño aire de fábula”.
Resaltó que era importante retratar a un inmigrante diferente, porque “sí que es cierto que llega mucha gente con bastante cultura pero los denostamos por su condición social, porque son distintos o porque no tienen dinero”.
Explicó que “le he dado mucha ficción” porque nunca conoció a Vasil. “Me he permitido escribir todo lo que salía de mi imaginación, está un poco idealizado a favor de la película, el haber vivido la historia como una ficción, es lo que me ha permitido fabular”.
El actor búlgaro Ivan Barnev, apuntó que le llegó el papel de una manera muy normal, por un casting, pero antes las productoras le habían mandado el texto “y la verdad es que era muy difícil para mí, fue realmente complicado, porque tenía símbolos como la lengua española con la que no había trabajado nunca antes, y realmente no pensé que pudiera hacer algo así, pero lo intenté, y salió bien, lo repetía en mi cabeza como una canción”.
El actor español Karra Elejalde comentó que cuando se trata de un tema social se suele caer en lo reivindicativo, pero la directora lo ha hecho de manera sutil y es una fábula que te invita a reflexionar, pero no se convierte en un alegato.
Para el actor vasco fue un reto construir su personaje en la película porque está en “las antípodas” de su carácter. “Es mucho más pausado, escueto, lacónico, avinagrado, gris e infeliz”, detalló antes de asegurar que, a pesar de ello, decidió adentrarse en el proyecto porque “era algo que había que contar”.