México, 5 de diciembre (Ibercine).- El Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana inició esta semana la primera de las dos partes en las que dividió su 42 edición de este año debido a la pandemia.
En este contexto inédito, la primera parte de la edición 42 se celebra desde el día 3 de diciembre pasado de forma presencial en la capital cubana, en su periodo habitual, y la segunda tendrá lugar en marzo del año próximo.
En esta primera parte, que concluirá el próximo día 13 de diciembre, se muestra la selección no competitiva en los cines ya abiertos.
Una copia restaurada de “La última cena” (Tomás Gutiérrez Alea; 1976) realizada por el Archivo de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Los Ángeles en coordinación con la Cinemateca de Cuba y el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), inauguró el certamen.
“La última cena” es el quinto título de Gutiérrez Alea restaurado por la Academia estadounidense, que previamente restauró los largometrajes de ficción “La muerte de un burócrata” (1966), “Una pelea cubana contra los demonios” (1971) y “Los sobrevivientes” (1979), así como el cortometraje documental “El arte del tabaco” (1974).
La segunda parte del festival se realizará en marzo cuando se presenten las obras a concurso, con el objetivo de que entonces puedan participar los jurados y los creadores.
En esta “atípica” 42 edición un total de cien películas estarán en competencia en el certamen en seis secciones diferentes.
El presidente del certamen, Iván Giroud Gárate, aseguró, en un comunicado, que “desde que comenzó la pandemia llegamos a la conclusión de que el festival o se hacía presencial o no se hacía. Era algo que teníamos claro desde un inicio”.
Explicó que esta idea está basada en dos conceptos fundamentales, uno considerando que es un lugar donde coincide la obra, el cineasta, el público “lo que no quiere decir que no apoyemos otras iniciativas que hagan en otros lugares, otros eventos de cine de manera online y cada espacio encuentra siempre los caminos que considera más apropiados”.
La segunda razón, dijo, es el público, pues el Festival de Cine de La Habana, como también se le conoce, es un evento de mucho público, pero tampoco la conectividad en Cuba, ni los recursos de los participantes asiduos al festival permitiría una opción virtual.
Giroud Gárate recalcó que el festival es muy grande y normalmente hay filmes en competencia, aunque también hay secciones importantes no competitivas.
“De esta manera, fragmentándolo en dos momentos, podrá mantener el nivel que esperamos que tenga”, añadió.
Insistió en que “tenemos una magnífica selección dividida en dos momentos. No queríamos bajo ningún concepto renunciar a hacer algo en diciembre, pero organizar el concurso en ese momento era bastante incierto, porque implica traer a los jurados, a los directores de las obras en concurso, en un momento bastante complicado en todas partes”.
Afirmó que se ha hecho una selección rigurosa con una convocatoria “aplastante” que superó las anteriores en cuanto a inscripciones.
Los próximos días 7 y 8 de diciembre, el Festival de Cine de la Habana rendirá un homenaje a la animación cubana.
En la primera jornada rendirá tributo al artista gráfico y realizador Juan Padrón, padre del icónico personaje Elpidio Valdes, y al productor Paco Prats, uno de los grandes protagonistas de las últimas seis décadas en cuestiones animadas, fallecidos ambos este año.
La segunda jornada buscará repasar otros autores cardinales como Jesús de Armas, Hernán Henríquez y Tulio Raggi, la cartelística cubana dedicada a las obras de animación y otras dinámicas de este campo tan complejo y rico.