Por Adela Mac Swiney González
Málaga, 23 de agosto (Ibercine).- Tras diez años sin dirigir una película, el director y actor Achero Mañas regresó hoy a la gran pantalla con el estreno en Málaga de su último largometraje, “Un mundo normal”, que opta a la Biznaga de Oro a la mejor película del festival andaluz.
“Me preguntan que porqué me he tardado tanto tiempo en volver a dirigir y son circunstancias de la vida las que me lo han impedido, no había conseguido hacer un proyecto en las circunstancias, en la manera que yo realmente quería, pero en cuanto he podido reunirlas, lo he hecho. Amo mucho el cine, tanto, que no soy capaz de hacer una película si no tiene las condiciones que yo creo debe tener”, dijo hoy en Málaga en la rueda de prensa del festival.
La película es un trabajo personal, con carácter autobiográfico e inspirado en la catarsis que él mismo experimentó tras sufrir la muerte de un familiar.
En “Un mundo normal”, Ernesto, un director de teatro excéntrico e inconformista, recibe la noticia de la muerte de su madre. Camino al cementerio roba el ataúd para tirar el cadáver al océano como era su deseo. Su hija, cansada de sus locuras, le acompaña con la intención de hacerle cambiar de idea. En el viaje descubrirá que su padre no es ningún loco y que uno debe ser fiel a sí mismo aunque esto, a veces, suponga ir en contra de la opinión de la mayoría.
El propio director aseguró que la película tiene un carácter autobiográfico y agradeció a Ernesto Alterio, protagonista del filme, que se haya metido a ese lugar familiar que muchas veces tiene esos círculos concretos a los que es difícil entrar.
Mañas explicó que afrontó la película como una mezcla de comedia y drama y que intentó que la combinación de ambos géneros esté presente en cada una de las escenas para transmitir exactamente el giro constante y frenético de sentimientos que experimenta una persona cuando se enfrenta a la muerte de una madre, llegando a ser capaz de cometer cualquier locura con tal de cumplir su última voluntad.
Además de Alterio, la cinta está protagonizada por la propia hija del director, Gala Amyach, en una película de personajes con un guion abierto, que permaneció en continua construcción durante todo el rodaje.
“El cine ha cambiado en muchos aspectos pero yo no he cambiado en mi manera de hacer cine. Para mi el guion es un medio, no un fin en sí mismo y por eso voy incorporando elementos nuevos en la historia”, comentó el cineasta.
“Yo baso todo mi cine en el trabajo de los actores, ese es el tipo de cine que hago y si no se dan esas condiciones prefiero no trabajar”, añadió.
Mañas sostuvo además que el filme pretende mostrar «cómo sobreviven las particularidades dentro de los elementos comunes», un discurso entre la universalidad y la singularidad que estamos «deseando» recuperar después de la pandemia.
“Cuando renunciamos a nuestras singularidades o particularidades para vivir en lo común, nos sentimos frustrados, renegamos, renunciamos a nosotros mismos, por eso la apuesta es poder ser nosotros y poder estar en comunidad”, subrayó.
Por otra parte, Mañas lamentó que dentro de los cambios que ha sufrido la industria cinematográfica, se le ha dejado en manos de las grandes cadenas televisivas donde las ayudas no se miden tanto por la calidad como por la cantidad y por tanto las películas de autor tienen menos presupuesto.