Por Adela Mac Swiney González
Málaga, 23 de agosto (Ibercine).- Tras haber obtenido más de cien premios internacionales, incluso una nominación al Óscar por su cortometraje “Aquel no era yo”, el director y guionista español Esteban Crespo regresó al Festival de Cine de Málaga con “Black beach”, un thriller sobre injusticias y corrupción en África con la que compite en la Sección Oficial del certamen.
En la película, Carlos, un alto ejecutivo a punto de convertirse en socio de una gran empresa, recibe el encargo de mediar en el secuestro del ingeniero de una petrolera americana, en África. El incidente está poniendo en peligro la firma de un contrato millonario.
En el viaje deberá enfrentarse a las consecuencias de sus acciones del pasado cuando fue cooperante en el país y elegir entre sus intereses personales y profesionales.
“Black beach”, nombre real de una prisión de Guinea Ecuatorial, fue rodada en Ghana, huyendo de los sitios más idílicos y turísticos de África para transmitir la crudeza y la realidad del continente, aunque también tiene localizacions en Madrid, Canarias y Toledo.
La película, segundo largometraje de Crespo, después de “Amar”, fue definida por el director como un melodrama con carcasa de thriller de acción elaborado para hacer reflexionar sobre las reacciones del ser humano frente a la traición y las decisiones vitales tomadas en situaciones límite.
En el Teatro Cervantes de la ciudad andaluza, acompañado por los actores del filme, Raúl Arévalo, Candela Peña, Melina Matthews, Paulina García, Emilio Buale y Lidia Nené, el cineasta madrileño explicó que para “Black beach” se inspiró en su propia experiencia personal, concretamente cuando hace años trabajó en un proyecto de cooperación en Guinea Ecuatorial.
“Estuve un año en Guinea Ecuatorial y he estado tiempo en Namibia. La película nace de esa experiencia, a nivel de documentación lo teníamos muy a mano”, explicó.
Insistió que en nuestro mundo, “cuando buscas a tus amigos del pasado, algunos tienen hijos, otros se han casado o no, pero en África las cosas son muy distintas, hay muchas injusticias en muchas partes del mundo, y además quise dejar constancia de cómo se hacen presentes algunas de las acciones del pasado”.
Crespo destacó que “el objetivo principal del largometraje es emocionar, divertir, entretener, hacer sentir y reflexionar dentro del disfrute” y aseguró que cuando una persona está involucrada personalmente en una desgracia, su reacción es completamente diferente a cuando la contempla desde fuera.
El actor español de origen ecuatoguineano Emilio Buale sostuvo que la película formula dos preguntas claves: por una parte, cuál es el valor de la vida de un hombre y por otra, a dónde conduce el continuo afán de poder sustentado por el interés particular.
Todo el reparto viajó a África dos semanas antes del rodaje para que pudieran empaparse de la peculiaridad del lugar. “Este continente transforma a todo el que lo visita. De ahí la importancia de que todos tuvieran una experiencia personal en primera persona con él”, recalcó Crespo.
La actriz Candela Peña afirmó que “el rodaje fue una experiencia alucinante, África ha sido fuerte”, mientras que Raúl Arévalo agregó que “África te atrapa, engancha, hay un poder especial en ese país”.