Por Adela Mac Swiney González
San Sebastián, 21 de septiembre (Ibercine).- Con un homenaje al activista Nedal MacLaren, hoy se proyectó en la 68 edición del Festival de San Sebastián “Selva trágica”, de Yulene Olaizola, con la que el cine mexicano inauguró su participación en la sección competitiva Horizontes Latinos.
Nedal MacLaren fue uno de los intérpretes del filme y falleció hace pocos días de manera abrupta explicaron fuentes de la producción de la película.
Sin poder estar en San Sebastián y después de haber sido premiada por partida doble en Venecia con “Selva trágica” como la Mejor Dirección por parte del Jurado de Críticos Independientes y Sorriso Diverso como la Mejor Película Extranjera, Yulene Olaizola mandó un mensaje para manifestar su satisfacción por presentar el filme en esta ciudad del norte de España.
“Es para mi un honor presentar esta película aquí donde hace 12 años mostré mi primera película. Me habría encantado poder estar presente en esta edición especial del festival luego de una larga y dolorosa cuarentena”, dijo.
Esta tierra es un lugar muy especial para mi “y en esta sala están algunos familiares a los que saludo con mucho amor”.
Olaizola aprovechó la primera función de Selva Trágica en San Sebastián para hacer un homenaje póstumo a Nedal MacLaren, quien falleció hace unos días “dejando un terrible vacío en todos los que lo conocimos”.
Nedal MacLaren, reconocido activista político y hombre entregado a la naturaleza, habría cumplido 60 años el pasado viernes 18 de septiembre. “Él estaba muy emocionado con las primeras proyecciones de la película, sin embargo nunca la pudo ver terminada. Nedal interpreta al personaje de Norm, que aparece en la primera parte de la película”, dijo.
Ha pasado más de una década desde que Yulene Olaizola (Ciudad de México, 1983) presentó en el Festival de San Sebastián su ópera prima “Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo”, película que con la que ganaría una mención especial en el festival vasco.
Ahora llega al certamen, que para ella tiene un valor especial por su estrecha relación con el País Vasco y porque su pareja Rubén Imaz, también hijo del exilio vasco, presentó aquí su primera película, Familia tortuga.
En «Selva trágica», la cineasta se adentra en la selva maya de 1920, concretamente en la frontera entre México y Belice y para ella “el lugar” es el inicio de todo proyecto ya que “todas mis películas parten de un espacio que descubro, investigo y al final reconozco”.
En el diario del festival, la directora afirmó que “en esta ocasión fue la selva maya del sur de Quintana Roo. Tuve la oportunidad de vivir ahí cinco meses y adentrarme continuamente en caminatas al interior de la selva; es un lugar tan fascinante y exuberante, como agreste y peligroso”.
Explicó que durante ese periodo descubrió la frontera con Belice, el universo chiclero y las leyendas mayas que han resistido ahí por generaciones.
“Después me acerqué a un pequeño grupo de obras literarias de autores mexicanos de distinta época que escribieron sobre esa selva en específico y coinciden en un misticismo vibrante que hay en la zona, ciertamente reforzado por la herencia maya profunda”, anotó.
Sobre el rodaje, que duró 42 días, expuso que estar allí “es una de las cosas más alucinantes, al menos para mí, en la selva es que al estar ahí dentro, sin noción de la hora, del día, sin referencias del norte o el sur, rodeado de una vegetación tan densa que limita la profundidad de la visión, uno debe comenzar a sacar su lado más animal e instintivo, digamos primitivo”.
“La percepción del ser humano se altera radicalmente y da pie a delirios y fantasías”, concluyó.